martes, 19 de junio de 2012

Menos un 50% de cereal

Sólo mantienen una buena cosecha zonas donde la altitud y las temperaturas frescas han hecho posible mantener la humedad del suelo.
La extrema sequía que ha vivido Málaga este año -hay que recordar que ha llovido entre un 50 y un 60% de lo normal- está pasando factura al campo malagueño. El año, climatológicamente hablando, ha resultado desastroso, ya que a la sequía se han unido unas heladas siberianas constantes y repetidas que también han hecho verdaderos estragos en muchas producciones. Aun ahora, meses después, se siguen viendo los daños a pie de campo. El cereal es una de las cosechas peor paradas en estos momentos.

Según Baldomero Bellido, técnico de Asaja Málaga, hace apenas unos días comenzó la cosecha de cereal en la provincia de Málaga y ya se puede hablar de una escalofriante merma en la producción del 50%. Esta cifra puede alcanzar el 60% de pérdidas si se toma como referencia la cosecha del año pasado, que fue especialmente buena.

Cabe recordar que Málaga cuenta con una superficie cultiva de 40.000 hectáreas de cereales, que el año pasado produjeron 131.336 toneladas y facturó cerca de 30 millones de euros. Este año parece que las cifras se verán seriamente menguadas.

Preocupados por el precio

La mayor parte del cultivo de cereales de la provincia de Málaga se encuentra en Antequera, Guadalteba y Nororma, desde Almargen hasta Villanueva de Tapia donde hay grandes extensiones de superficie de cebada y trigo duro. De estas tres subcomarcas, tan solo se salvaría de la merma Nororma por ser más tardía y haber aprovechado las lluvias de la primavera. Según explica bellido, la producción de trigo duro de regadío no se verá tan afectada, pero su coste su coste se ha elevado de forma considerable.

También hay cereales en la Serranía de Ronda y según explica el técnico de Asaja Málaga en Ronda, Rafael Cordero, la producción en esta comarca será prácticamente igual que la de otros años, ya que la altitud -se encuentra a 600-800 metros de altura- , las temperaturas más frescas que en otros lugares y las escasas precipitaciones caídas durante la primavera han permitido que el suelo conserve un buen porcentaje humedad y que los cereales, milagrosamente y para asombro de los agricultores, hayan brotado con fuerza. “Lo cierto es que los agricultores están sorprendidos, cuando casi daban la mitad de la cosecha por perdida han visto cómo han crecido de repente”, apunta Cordero.

El precio si es una preocupación común entre los agricultores malagueños, que ven cómo se derrumba por momentos. Si hasta hace un par de semanas los precios se mantenían en niveles aceptables ahora cotizan a la baja y no hay síntomas de recuperación. Valga un ejemplo: el trigo se paga ahora a unos 25 céntimos el kilo, lo que supone un 13% menos que hace unos días. El precio de la cebada ha caído un 16% y ahora se paga a unos 19 céntimos el kilo.

El motivo que lleva a estas oscilaciones de precios en el mercado siempre es una incógnita. En una sociedad cada vez más globalizada cualquier circunstancia de otro país productor influye de manera determinante en el nuestro. Así, el bajo precio del trigo podría explicarse por la buena cosecha que se espera de otros países competidores de España y también por la bajada en el consumo de pasta.

En cambio, encontrar un motivo que justifique la caída del precio de la cebada parece más complicado. Este año, comenta Baldomero Bellido, se había sembrado especialmente la variedad maltera que es la que se utiliza para fabricar cerveza. La demanda se preveía alta y la producción escasa, la unión de estos dos factores hacía presagiar una buena cotización. Pero una vez más, el campo parece vivir ajeno a las reglas básicas del mercado.

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