El consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas,
ha recordado en una comparecencia parlamentaria para informar sobre el
curso de las negociaciones de la reforma de la Política Agrícola Común
(PAC) que el debate sobre su modelo de aplicación, que se suscitará en
España a partir del mes de julio, una vez alcanzado el acuerdo final a
nivel europeo, “será tanto o incluso más decisivo para Andalucía que el
debate desarrollado hasta ahora en las instituciones comunitarias”.
Así,
ha resaltado que, “hasta el momento, el objetivo del la futura PAC se
caracteriza por dejar un amplio margen de maniobra a los Estados
Miembros, por lo cual, en dicho proceso de discusión y negociación
nacional, Andalucía va a defender, como lo ha venido haciendo ante las
instancias comunitarias, el modelo de distribución de ayudas más
adecuado para los intereses de su agricultura y ganadería,
caracterizadas por su diversidad territorial y sectorial”.
Según
ha destacado el representante del Gobierno andaluz, el modelo de
aplicación de la PAC que resulte de esta reforma ha de cumplir, entre
otros, con el requisito de contar con un presupuesto fuerte que permita
apoyar a un sector agrario competitivo, sostenible, productivo y
generador de empleo, como es el caso de Andalucía. “Por todo ello, ha
señalado, es imprescindible mantener, en el mayor grado posible, el
nivel de ayudas de la PAC que actualmente reciben nuestros agricultores y
ganaderos, un objetivo que de momento no se ha conseguido y en el que
seguimos insistiendo, tras el acuerdo de los Jefes de Estado y de
Gobierno de la UE del pasado 8 de febrero, que supone una reducción
presupuestaria del 13% en términos reales respecto al marco actual”.
Otra de las reivindicaciones andaluzas sobre el nuevo modelo de la PAC es que se minimice el impacto de esta reforma en la renta individual de cada agricultor y se mantenga en la medida de lo posible el actual reparto sectorial y territorial de las ayudas. “A lo largo de todo el proceso de discusión de la PAC, la Junta de Andalucía ha venido realizando un intenso trabajo de valoración de las diferentes propuestas, calibrando el alcance y repercusión que podría tener sobre nuestra comunidad autónoma una reforma de tan profundo calado, manifestando nuestra más rotunda oposición a todo planteamiento que implique grandes transferencias de fondos entre sectores, territorios y agricultores”, ha señalado.
Tal y como ha
destacado Planas, para la consecución de una reforma que no represente
una merma en el dinero que actualmente percibe Andalucía en concepto de
ayudas de la PAC -la principal receptora de España, con alrededor de
2.000 millones anuales y 280.000 beneficiarios- “es necesario, entre
otras medidas, definir un modelo de reparto de ayudas directas que siga
siendo un impulso para el desarrollo de nuestros sectores y lo
suficientemente flexible para garantizar el mantenimiento del apoyo
presupuestario a los territorios y sectores agrarios andaluces”. Para el
consejero, “en este planteamiento no tiene cabida la aplicación de una
ayuda única por superficie para todos los cultivos -la conocida como
tasa plana-, ya que ello provocaría graves distorsiones al no considerar
las diferentes realidades territoriales productivas. Rechazamos, por
tanto, cualquier modelo que no se ajuste a la realidad e implique
imponer una tasa plana a escala nacional y autonómica”.
Andalucía
también pide que en el nuevo modelo de la PAC se limite al máximo la
entrada de nuevas superficies con derecho a ayudas, especialmente de
aquellas sin un mínimo de actividad productiva. Asimismo, defiende “un
concepto de región que se corresponda con nuestra realidad, diversidad y
riqueza productiva y que evite las transferencias de ayudas entre
sectores y territorios”. En ese sentido, Planas cree que la delimitación
de lo que se entiende por región debe responder a un modelo mixto que
combine criterios agronómicos, económicos y de potencial agrícola con
institucionales y administrativos.
Por lo
que concierne a la convergencia de las ayudas dentro de cada región,
Andalucía considera que ésta debe darse de la forma más limitada y
progresiva que sea posible, dentro del marco comunitario finalmente
aprobado. Igualmente, es precisa una rigurosa definición de agricultor
activo para evitar que se concedan ayudas a quienes no tengan una
verdadera actividad agraria.
Luis Planas ha
destacado el papel de Andalucía como “actor principal en este decisivo
debate que ahora afronta su etapa final, ya que nos jugamos mucho en
ello”, dado que nuestro sector agroalimentario aporta alrededor del 8%
del PIB regional y el 10% del empleo, y nuestra Producción de la Rama de
Actividad Agraria representa, con más de 9.900 millones de euros, el
25% de la nacional, situándonos por delante de 18 estados miembros. “Por
ese motivo, es primordial presentar un frente sólido, de manera que el
Gobierno de España pueda lograr el mejor resultado global para los
andaluces y españoles, defendiendo una PAC que contemple el apoyo a las
singularidades de la agricultura y ganadería de España y de Andalucía”.
En
su opinión, “la única vía inteligente y responsable para una mejor
defensa de nuestros intereses es seguir prestando todo el apoyo
necesario al Gobierno de España, que está posicionándose en las
negociaciones en curso desde una unidad de acción con la que no se contó
en otras ocasiones no muy lejanas”. No obstante, ha querido dejar claro
que seguirá defendiendo “con la contundencia que sea necesaria todas
aquellas cuestiones que resultan del máximo interés para el sector
agroalimentario andaluz” y, en ese sentido, ha destacado la importancia
de contar con el apoyo de todas las fuerzas vivas del campo andaluz, con
quien se mantiene una permanente interlocución, y con el respaldo de
todos los grupos políticos.
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