Un caso similar es el de las mariposas. Su población se ha visto reducida a la mitad en 20 años.
Casi tres cuartas partes de los cultivos para consumo humano
españoles están en jaque por el declive de la población de abejas y de
otros polinizadores, según un estudio presentado hoy en Barcelona por
Greenpeace.
Kiwis, calabazas, melones,
sandías, calabacines, manzanas, melocotones o almendras son algunos de
los cultivos más dependientes de la polinización de estos insectos y,
por este
motivo, la entidad ecologista alerta de que, en algunos casos, su
producción podría caer hasta un 90 % e, incluso, llegar a desaparecer.
El
sector apícola denuncia que la mortalidad de abejas se sitúa entre el
20 y 40 % en el conjunto de España y, en el caso de Galicia, el 56 % de
las colonias de abejas han desaparecido desde el año 2000.
La
mortalidad de la población de abejas, que se debe especialmente al uso
de 319 insecticidas y a la aparición de la avispa asiática, puede
amenazar al sector económico español que depende de la polinización,
cuya facturación asciende a más de 2.400 millones de euros anuales,
según la entidad ecologista.
Greenpeace pide que se prohíban estos productos químicos nocivos para las abejas, cuyo uso aumentó en un 56 % entre 1990 y 2010, antes de 2017.
Además,
la organización urge a los gobiernos el desarrollo de un plan integral
de acción para proteger a las abejas melíferas y demás polinizadores, y
establecer una hoja de ruta para que, en 2050, el 100 % de los cultivos
españoles sean ecológicos.
Para empezar, la
entidad propone ampliar a 7,6 millones las hectáreas destinadas al
cultivo ecológico en España, lo que supondría un 30 % del territorio
agrícola.
La organización ha recordado que,
a pesar de que la polinización es una actividad que pasa "muy
desapercibida", su función es "fundamental", ya que de ella depende un
tercio de la alimentación mundial.
Greenpeace
afirma que España "tendría que ser el principal defensor de estas
especies", ya que es una de las más importantes economías agrícolas de
Europa y en la que hay mayor número de apicultores.
El
sector español más afectado por la reducción de la población de abejas
es, según la entidad, el de los frutos secos, seguido por el frutícola y
el hortícola.
Especialmente grave es el
caso de la industria de la almendra en España, que es la segunda del
mundo, ya que su supervivencia depende en un 90 % de la polinización.
Las
comunidades españolas que mayor beneficio económico tuvieron en 2011
por la polinización fueron Andalucía, con 878 millones de euros;
Cataluña (321); Murcia (249); Aragón (194) y Extremadura (183).
Asturias,
con una ratio de vulnerabilidad del 34 %, Cataluña (25 %), Murcia (24
%), Aragón (17 %) y Galicia (16,5 %) son las comunidades autónomas más
amenazadas por la pérdida de especies polinizadoras, cuya función
Greenpeace considera "insustituible".
Greenpeace ha advertido que es necesario tomar decisiones respecto a este problema, ya que "de ello dependen las generaciones futuras".
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