La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha rechazado el
cambio de tarifas eléctricas que ha introducido el Gobierno desde el
pasado 1 de agosto. La nueva estructura de la factura dispara el coste
del denominado “término fijo”, a costa de disminuir mínimamente el
“coste variable”.
En la práctica, el nuevo modelo supone multiplicar dicha factura por 3 y hasta por 4 veces, tanto si los contratos son en baja tensión, como en media o alta tensión.
En la práctica, el nuevo modelo supone multiplicar dicha factura por 3 y hasta por 4 veces, tanto si los contratos son en baja tensión, como en media o alta tensión.
La
organización ha explicado que de esta manera, no se resuelven los
problemas que caracterizan a los agricultores regantes, que se ven
obligados a pagar términos de potencia fijos todo el año, a pesar de
tener un consumo reducido en el tiempo, sino que el nuevo “invento” del
ministro de Industria, José Manuel Soria, les perjudica todavía más.
UPA
ha exigido al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que
explique a su colega en el Gobierno las especiales características de
agricultores y ganaderos como consumidores de electricidad. La
organización ha criticado a Cañete de hacer demagogia al “hablar de la
agricultura como sector estratégico y no defender al mundo rural español
cuando el Gobierno toma medidas que nos afectan gravemente”. Asimismo,
UPA reclama a las principales fuerzas políticas un pacto de Estado en
materia energética, que acabe con los “bandazos” en las políticas
relacionadas con esta materia.
Los regadíos españoles son uno de los cultivos que mantienen unos elevados índices de creación de empleo y productividad. UPA ha advertido que, de no retirarse esta medida, este cultivo verá incrementado sus costes sumándose a la crisis de rentabilidad que atraviesa gran parte del sector. El resultado final será la destrucción de puestos de trabajo y el cierre de explotaciones.
Los regadíos españoles son uno de los cultivos que mantienen unos elevados índices de creación de empleo y productividad. UPA ha advertido que, de no retirarse esta medida, este cultivo verá incrementado sus costes sumándose a la crisis de rentabilidad que atraviesa gran parte del sector. El resultado final será la destrucción de puestos de trabajo y el cierre de explotaciones.
Para
la organización, esta subida no hace sino profundizar y aumentar la
dura situación por la que están atravesando la agricultura y la
ganadería españolas, derivada por un lado de la falta de precios dignos
para sus productos y por otro, del incremento de los costes de
producción.
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