miércoles, 8 de octubre de 2014

Control biológico Koppert, cubiertas vegetales para pulgón y trips

 Han demostrado ser muy eficaces para vencer las resistencias de la plaga a determinados agroquímicos sin dejar residuos.
 
La colocación de cubiertas vegetales, tanto en invernadero como al aire libre, se ha revelado como una técnica muy eficaz para controlar las plagas de pulgón y de trips mediante lucha biológica. Se trata de una metodología conservativa desarrollada por Koppert, que estimula la presencia de enemigos naturales con el objetivo de mantener una población de insectos beneficiosos suficientemente alta durante todo el ciclo del cultivo.
La ventaja más importante del uso de cubiertas vegetales es que permite controlar plagas sin dejar residuos. Actualmente, es la forma más eficaz de vencer las resistencias desarrolladas por pulgón y trips a determinadas materias activas con las que se formulan los productos agroquímicos.
Siembra de cereal
Esta técnica consiste en la siembra de cereal, especialmente trigo y cebada, en los huecos que hay entre las hileras del cultivo a proteger. Las cubiertas de cereal se complementan con la ubicación estratégica de plantas hospedadoras en las que se ha inoculado la plaga. Así, el pulgón pasa de la planta hospedadora a la cubierta de cereal, que se convierte en un atrayente natural para la población de pulgón que pueda encontrarse instalada en el cultivo comercial.

De este modo, se estimula la presencia de enemigos naturales en las cubiertas vegetales, donde se concentran atraídos por la abundancia de alimento que representa la población de pulgón. La experiencia en campo desarrollada por Koppert Biological Systems ha demostrado que las cubiertas vegetales atraen por igual tanto a los enemigos naturales introducidos por la mano del hombre como a los que son autóctonos y que se encuentran de forma natural en el entorno.

Para el control específico de trips, Koppert obtiene excelentes resultados con la colocación de cultivos trampa pertenecientes al género de las liliáceas (ajos, ajetes, etc), que han demostrado ser unos poderosos atrayentes de la plaga. En función de las necesidades de cada cultivo, la colocación de cubiertas vegetales y de cultivos trampa puede complementarse con setos que rodeen el perímetro de la explotación y que desempeñan la función de reservorio de enemigos naturales.

Vencer resistencias

Esta técnica, completamente pionera, ya se ha convertido en una de las principales herramientas de control biológico para agricultores ecológicos que necesitan obtener producciones con residuo cero. También en la Producción Integrada, el uso de cubiertas vegetales está registrando un rápido crecimiento, ya que evita recurrir a agroquímicos para controlar la plaga del pulgón. 

“Si tenemos en cuenta que el panorama actual de la lucha química contra plagas está marcado por una progresiva reducción del número de materias activas autorizadas, entonces entenderemos la importancia de desarrollar una metodología limpia como ésta”, ha explicado Antonio Giménez, director técnico de Koppert España durante su ponencia de hoy en el Congreso “Estrategias de control de plagas para una horticultura innovadora y competitiva”, que se celebra en Valencia durante la presente edición de Vegetal World.

domingo, 5 de octubre de 2014

Ley de Mejora de la cadena alimentaria Las bodegas incumplen la Ley de Mejora

Las principales regiones han constatado que no se están realizando contratos que recojan el precio de la uva antes de la entrega.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denuncia que una parte importante de las bodegas vitivinícolas están incumplimiento de forma sistemática la Ley de mejora de la cadena alimentaria en lo concerniente a la formalización de contratos escritos antes de la entrega de la uva y el cumplimiento de los plazos de pago. Esta situación se ha trasladado a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente encargado de velar por el cumplimiento de la nueva normativa.

Los máximos responsables de COAG en las principales regiones productoras han constatado que no se están realizando contratos por escrito que recojan el precio de la uva antes de la entrega. Según la Ley, es obligatorio formalizar contratos por escrito con un productor primario con motivo de la entrega de productos agroalimentarios no transformados, salvo que éstos se abonen al contado. Dichos contratos deberán recoger, entre otras cuestiones, el precio de la uva, con expresa indicación de todos los pagos, incluidos los descuentos aplicables. El precio podrá tener una cuantía fija y una cuantía variable que se determinará en función de factores objetivos y verificables, abonándose a partir de su determinación. 

Si tenemos en cuenta, tal y como recoge la Ley, que la uva de vinificación es un producto de alimentación fresco y perecedero, los aplazamientos de pago de la misma no podrán exceder de 30 días a partir de la fecha de la entrega de la mercancía, situación que también se está incumpliendo de forma generalizada y no sólo en el sector vitivinícola. “Es necesario acabar con la indefensión del viticultor y esa rémora del pasado por la que el productor entrega su producto sin saber a qué precio se lo van a pagar ni cuándo.”, ha subrayado Alejandro García-Gasco, responsable del sector vitivinícola de COAG.

Las sanciones por no formalizar ningún tipo de contrato escrito o no incluir los requisitos que como mínimo debe contener se elevan hasta los 3.000 euros. En el supuesto caso del incumplimiento de los plazos de pago la cuantía se podría elevar hasta los 100.000 euros. La reincidencia por la comisión de dos o más infracciones graves en el plazo dos años contados desde la sanción por resolución firme podría disparar la sanción hasta el millón de euros.